miércoles, 13 de julio de 2011

Un destello de memoria

Debe haber tantas formas de recordar y honrar a nuestros muertos como personas hay en el mundo.

Muchos tienen la necesidad de que su ser querido siga estando materializado, ya sea en una cruz, una lápida, una bóveda. Aunque el paso del tiempo sea tan implacable como con el cuerpo mismo.

"A mi, que me cremen y tiren al mar". "Yo quiero volver a la tierra, que es de donde vine". "Que me entierren con mi familia". Como si algún día supieran que los que quedan han cumplido su último deseo.

De algo estoy seguro, la paz que dicen se encuentra con el paso al "otro mundo", se puede respirar en un cementerio como en ningún otro sitio. Cada vez más. Cada vez más solitarios. Cada vez más abandonados. Como tantas otras cosas la muerte fue privatizada.

A esto vengo a un cementerio.
A ver qué es de la vida de nuestros muertos.